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Entrar al I Ching por sus signos



Por todo lo que he dicho -tantas veces en estos seis años de escribir en este blog- al respecto de los comentarios y los textos, es que hace mucho tiempo decidí enfrentarme al libro entrando por los signos. El simbolismo de los signos es inamovible y en ese sentido es un libro cerrado, en el sentido de que no admite tergiversaciones.

Los signos de los trigramas y hexagramas están ahí, a la vista de cualquiera, no han cambiado en milenios, no pueden ser de otra manera. En cambio los textos no son de fiar y los comentarios sólo son éso, comentarios. Un comentario es una mirada desde un punto de vista, el de la persona que comenta. Persona que puede estar comentando con la mente de otra cultura y otro tiempo. Los comentarios son muy útiles, pero cuando los leemos no tenemos que olvidar que son comentarios.

Porque los trigramas existen desde antes de la escritura y cuando pasamos a la escritura y transcurren los milenios todo es posible en cuanto a tergiversaciones de los textos.
Hay que revisar todo lo que se lee a la luz del simbolismo de los signos.
Por ejemplo, van para más de 3000 años de lo que se atribuye al rey Wen, el ordenamiento que usamos y los textos de los dictámenes de los 64 hexagramas.

Entonces, una cosa es los textos y otra cosa los 64 signos. Y no es bueno que se confundan.
De los 64 signos hay mucho más que lo que se puede decir en un texto y a los textos hay que revisarlos porque 3000 años es mucho como para pensar que no han sido modificados o no se han perdido partes y tomarlos como palabra santa.

Está bien que para interpretar hace falta usar los dos hemisferios cerebrales, usar analogías e imaginar, pero para investigar hay que usar la lógica y no resulta muy lógico repetir sin revisar si lo que está escrito se ajusta al simbolismo abstracto de los trigramas, no lo hace o es dudoso y hay que ponerse a pensar.

Por ejemplo, el signo del trigrama Agua, Kan:

el signo de la derecha es la antigua grafía para shui, agua,
el de la izquierda es el del trigrama Kan. Quién sabe cuál derivó del otro y para el caso que estamos tratando eso no tiene importancia.
Se puede ver que el signo - en chino, gua- del trigrama Agua, Kan, es una línea yang entera encerrada entre dos líneas yin cortadas. Ningún comentario ni paso del tiempo cambia la naturaleza del signo del trigrama Agua. Su significado es inamovible, una línea yang de Fuerza, de energía cinética, encerrada entre dos líneas yin de Materia, de energía potencial.
Como agua circulando por una manguera. 

Si reduces la salida con el dedo el agua llega más lejos, cuanto más la comprimes, más lejos llega. Si la comprimes al completo, deja de correr, muta al trigrama Tierra. 

Si aumentas la presión del agua y cierras la salida, estalla la manguera; Chen, Trueno, se hace presente para ayudar a Kan, luego muta al trigrama Lago, Tui, se hace un charco en tu jardín y el agua es feliz reflejando a Cielo que es de igual naturaleza (ambos son metal y juntos en esta posición que estoy mostrando forman el hexagrama 10, La Pisada, El Porte). O te da un infarto de miocardio si el charco es en tu corazón. 

Igual sucede cuando dejas la manguera con agua a la noche en invierno y la temperatura bajo cero congela el agua que tiene adentro. Cuando se descongela tienes tu charco, la tienes a Tui -Lago-, porque al congelarse el agua aumenta de tamaño sin cambiar de lugar, como hace Montaña -Ken-, y raja la manguera.
Montaña siempre aumenta o disminuye de tamaño sin cambiar de lugar. Este es el signo -gua- de Montaña, Ken:

La línea yang de fuerza en movimiento -energía cinética-, está arriba, afuera o adelante, las tres posiciones de la línea superior de un trigrama. Sólo puede agrandarse o achicarse sin cambiar de lugar y son procesos dinámicos simultáneos, porque mientras se agranda también se achica por la erosión. Así funciona la dinámica de Montaña, igual que la de cualquier montaña que esté por ahí en el planeta.

Las mutaciones de Kan, bajo distintas condiciones, son previsibles. Uno sabe prever el futuro, lo sabe porque tiene consciencia en el ahora y tiene memoria. Todos los hombres la tenemos. Sólo nos hace falta volver a aprender a mirar el mundo, porque viviendo en ciudades lo hemos olvidado.

En fin, uno puede jugar con las posibilidades que conoce, no se necesita ser un erudito del I Ching para saber estas cosas. Esas cosas son determinantes del simbolismo del trigrama Agua y no tienen nada que ver con Confucio, Wilhelm, el método Jíng Fáng, Wang Bi ni cualquier otra cosa que se haya agregado luego. 

Esta es la publicación original en el sitio de FB de este blog:





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