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Pequeño comentario para el hexagrama 22, La Gracia

"El arte de la paz comienza contigo. Trabaja en ti y en tu tarea en el Arte de la Paz. Todos tenemos un espíritu que puede refinarse, un cuerpo que puede ser entrenado de alguna manera, un camino adecuado a seguir. Te encuentras aquí con el único propósito de realizar tu divinidad interna y manifestar tu iluminación innata. Promueve la paz en tu propia vida y luego aplica el Arte a todo lo que encuentres".

- Morihei Ueshiba en El arte de la paz



En este hexagrama hay líneas muy sinceras, transparentes; la 22.5, por ejemplo. Va con lo que tiene, no aparenta otra cosa ni propone otra cosa. La 22. 3 está rodeada de belleza, pero no se abandona a sí misma. La 22.1 que prefiere caminar con sus propios pies, ser ella misma, no seguir las modas...


La Montaña es tan bella a esta hora porque hay una fuente de luz invisible que la muestra, Hexagrama 22.
Se puede confundir con el hexagrama 26, porque parece flotar en el cielo, pero eso es una ilusión de los sentidos.

Hay una búsqueda de autenticidad en este hexagrama, se busca la experiencia directa, personal. 
Vivir la cosa, despojarse de artificios. Desnudar el núcleo vivo de uno mismo o de la cosa.
Esta imagen de "desnudar el núcleo", está presente acá, en el hexagrama 22.
La sexta línea, al mutar, desnuda el núcleo. Uno se inunda de luz por dentro, todo se ilumina, uno desaparece. La gran herida de la separación se cierra.
Cuando muta la sexta línea desnuda el núcleo de la herida que todos llevamos.

Hexagrama 22, La Gracia
Hexagrama 36, El Esplendor Oculto (Ritsema-Karcher) .

Hay una tradición que ha llegado hasta nosotros y me ha ayudado a comprender este hexagrama. Tal vez por eso es que se ha repetido de boca en boca y ha llegado hasta ahora, porque es útil para comprenderlo
Dice que Confucio consultó el I Ching una vez y recibió este hexagrama por respuesta. Y que eso le molestó mucho, porque lo identificó con la segunda línea que muta al 26, La Fuerza Domesticadora de lo Grande. 

Las cuestiones que preocupaban a Confucio se pueden conocer en los libros que enseñaba a sus discípulos. No encontré ningún libro que se atribuya a su escritura personal, parece que sus intereses pasaban por las crónicas, la historia, los ritos y ceremonias del estado, la familia patriarcal y el orden institucional. La burocracia y el gobierno, asesorar al emperador y a los gobernantes e instruir a sus discípulos.

Sé, porque mi oficio es educar, que instruir no es educar. Tal vez no se comprenda la diferencia y haya que hacer un esfuerzo para comprenderla.
Puedo entender a Confucio como un filósofo político, algo como el Platón que escribió El Político y El Sofista, sus últimos diálogos socráticos. Y el que escribió La República. 
No, no puedo. Porque es un copista, un instructor. Que luego, al amparo de la corte, el Confucionismo se haya constituido en la doctrina oficial del estado chino, es otra cosa. Que luego, el Neoconfucionismo haya incorporado una dimensión espiritual al reglamentarismo rígido de Confucio, es otra cosa.
Quiso hacer virtuosos a los gobernantes y no consiguió que uno solo lo fuera. Igual le sucedió a Platón con el tirano de Siracusa.

Para una persona que pasa por ser un maestro al amparo del gobierno como Confucio, uno que puede distribuir premios y castigos, recibir este hexagrama mutando al 26 le está diciendo que lo que ve no es auténtico, que las formas y apariencias no son el núcleo, que el poder y la ambición lo apaga. 

Hexagrama 22, La Gracia.
Hexagrama 26, La Fuerza Domesticadora de lo Grande.



Que los ritos y ceremonias pueden ocultar el contenido. Que hablar de la virtud no es ser virtuoso. El virtuoso no habla de la virtud, no sabe de qué se trata porque nació con ella y siempre vivió con ella. Nunca se apartó de la virtud y no la necesita recuperar.

El virtuoso no fue instruido, fue educado por un maestro sensible y cuidadoso como el de la segunda línea del hexagrama 4, El Joven Necio. Ese maestro que es apto para administrar nuestra casa, pero que no se apropia de ella. Que no tiene ninguna meta personal al educar, que no busca méritos personales ni convertirnos en obedientes súbditos del estado ni en gobernantes virtuosos.
A menos que la calidad de gobernante ya esté adentro del alumno y entonces procederá como "friendo pequeños peces", con más cuidado aún. Un proverbio mongol dice "no desprecies al cachorro débil, puede ser el hijo de un tigre"
Un maestro que confía en la luz que no se ve y nos habita. Que la quiere descubrir.

Hexagrama 4, El Joven Necio
Hexagrama 23, hacerse astillas, pequeños fragmentos, arena, diseminarse por el paisaje

La iluminación le llega al que no la busca. Por eso este hexagrama se llama La Gracia, porque es un regalo gratuito. Lo bello y bueno de este mundo es un regalo gratuito, no se vende ni se compra. Está en uno conservarlo y apreciarlo. También protegerlo.

El hexagrama 22, La Gracia, no sirve para administrar el Estado. Lograr funcionarios eficientes, siervos solícitos, soldados ni esposas obedientes para la guerra y para sostener la familia patriarcal.  Para eso hay que usar el 26, con sus cerdos castrados, sus toros neutralizados y sus carruajes para llevar.
Hacer virtuosos a los cerdos castrados de su quinto puesto es una tarea imposible y pienso que eso es lo que el I Ching le estaba diciendo a Confucio en el 2º puesto del 22. Que se engañaba, que mejor desista. Toneladas de benevolencia, castidad y virtud les resbalan, no han sido fabricados para eso.

Pero todo eso ya no es una cuestión que nos preocupe en estos tiempos. Ya no usamos el I Ching para el gobierno, la guerra y la supervivencia de las dinastías, no acá; acá lo estamos usando para otra cosa y el 22 nos habla de algo que necesitamos mucho; autenticidad y transparencia, comprensión y misericordia. Sensibilidad.

. . . 

No he terminado con este hexagrama, recién estoy comenzando. Este comentario se continúa acá:   https://abatesoderini.blogspot.com.ar/2017/11/pequeno-comentario-para-el-hexagrama-22_23.html

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
La línea quinta del 22, me produce la misma sensación que un abrazo reconfortante. Me da seguridad.
Muy importante para mí esto que comentas "instruir no es educar".
Gracias.
Silvia ha dicho que…
Querida Marta, hace siglos que no te escribo, pero desde hace muchos días quería sentarme un momento y hacerlo.
Esta entrada sobre el hexagrama 22 describe con mucha belleza y exactitud lo que sucede al educar, es cierto. Se educa en la forma y, si la forma en que se educa guarda armonía, reluce el fondo. No en la forma hueca, ésa es solamente instrucción, obediencia ciega.
Tus entradas y tu claridad al exponer brillan como el hex 22 y te agradezco siempre que esa luz siga alumbrando tantos caminos, entre ellos el mío. Como reciente maestra de escuela es todo un reto no adoctrinar. Son tiempos en que la luz escondida del hex 36 es un tesoro que pasa a segundo término entre tantas actividades escolares y tantas prisas por 'aprobar'. Suerte que el brillito en los ojos de los pequeños te traen de vuelta a la Realidad de la Gracia Simple que habita en todos nosotros.
Te echaba de menos, mil gracias por seguir escribiendo.
Un abrazo graaaaaande, Silvia.
Marta Ortiz ha dicho que…
Es que no hay nada mejor que la sinceridad y la transparencia kueimei. Lo que eso te brinda es sólido, no importa si es grande o es pequeño. Es algo con lo que uno puede contar.
Un abrazo, gracias a ti.
Marta Ortiz ha dicho que…
Hola Silvia, sí, mucho tiempo. No creas que eso me disgusta, siento que estás encaminada y que todo ese caos inicial ha pasado. Uno quiere hacer quijotadas y se encuentra con una realidad tan adversa a nuestras quijotadas que te pueden hacer abandonar. Prefiero un quijote cuerdo ahí a un Sancho Panza durmiendo la siesta. Muy realista este Sancho, pero muy a su gusto en el chiquero también.
Que te haga ruido, que lo intentes, que dejes fragmentos esparcidos por ahí. Quién sabe lo que harán luego esos fragmentos. Uno no está solo en esto; aunque crea estar solo, no está solo.
Me alegra saber de vos, gracias, cariños y abrazo!
Guillermo Orbegoso ha dicho que…
Que precisa entrada. Justo estoy terminando de escribir un pequeño ensayo sobre el el juego y su aplicación en la enseñanza de las artes. Me parece muy interesante, porque justamente lo que se opone al desarrollo del juego es la rigidez. Los preconceptos acerca de como deben ser las cosas. En el caso del arte sería algo así como separar lo "bonito" de lo no bonito. La verdadera labor sería asumir la responsabilidad de que el arte alcance toda la potencia que puede alcanzar. E l arte es adorno... si, pero es mucho mas que eso. Es un flujo vivo, es un río que delimita y conecta. Es la fuerza de la vida. Si elegimos quedarnos con ese adorno, dejamos de lado ese flujo de vida.
Marta Ortiz ha dicho que…
Hola Guillermo, sí, la pregunta siempre es qué es el arte. Acá en el 22 te dice que es naturalidad y sinceridad, también sensibilidad, un corazón abierto que no tiene dificultad en mostrar su herida y en ver la herida que llevan los demás. Que cualquier cosa que hagas desde ahí, es arte.

No escuches lo que dicen los hacedores de imperios al respecto de esto. Que esto no es útil para resolver los conflictos. No es verdad.
Lo que sucede es que ellos no quieren resolver conflictos, quieren imponer su voluntad y para eso tienen que mentir, adular, ser hipócritas. Lo que se ve en la segunda línea del 22. Adornar su barba.
Jugar te permite sacarte de encima los estereotipos, los deber ser, olvidarte de vos mismo, dejar la pena atrás, olvidar tus ambiciones.
Si no olvidas tus ambiciones jamás podrás ser auténtico y sincero, abrir tu corazón. La expresión creadora libre y feliz, la expansión de la conciencia, la luz que se trasparenta en la obra, es sincera y sencilla. Ilumina la obra, ilumina tu casa, tu vida. Cuando es así ni comer necesitas. Te apasionas, te haces intrépido, valiente. Te animas, realmente estás vivo. No sigues las modas, ni sabes sobre las modas. No sabes lo que se vende o no se vende. No lo haces por eso.
El cultivo de la propia sensibilidad, la expresión más auténtica de uno mismo.
Amo este hexagrama, necesitamos esto con urgencia esto, naturalidad, sinceridad.
Ok, hay mucha gente del mundo del arte que usa el I Ching. Me apena que este hexagrama sea tan mal comprendido por el comentarista que más predicamento tiene en lengua castellana. Wilhelm se hace eco de los hacedores de imperios al comentar este hexagrama. Pero a nosotros no nos interesan los imperios, ni imponer nuestra voluntad a los demás.
El 22 apareció y necesité decir algo de él. Por eso escribí esta entrada.
Un abrazo Guillermo, gracias por comentar.

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